Breve historia de Porreres.



Las evidencias más antiguas de presencia humana en el término de Porreres ya están documentadas en la prehistoria y las historia antigua a través de una treintena de yacimientos arqueológicos. De estas etapas se conservan una treintena de yacimientos. Del período pretalayótico, existen cuevas que fueron utilizadas como viviendas y como lugares de enterramientos; y del periodo talayótico, quedan bien constatados unos talaiots, como los de Beulenes, Es Pagos y, sobre todo, el conjunto del poblado del Pozo Salado. Se mencionarán las necrópolis del Puig de Son Redó y la de los Pagos.

La dominación romana se ha podido verificar por algunas hallazgos descubiertos en el siglo XIX, como una lápida funeraria los terrenos de Son Cota, y una pilastra de una sepultura romana con una inscripción. Durante la época islámica, el término de pertenecía al juz 'de Manaqur, donde habitaban las tribus de los Humeya y los Zanata. La presencia musulmana se puede encontrar en algunos topónimos árabes de alquerías y de cobertizos y en algunas monedas arábigas acuñadas en Mallorca. También en algunos pozos públicos que aún se conservan en el término municipal de Porreres, como el pozo Jua y el pozo de la Dama, entre otros.

El reparto de Mallorca, tras su conquista por parte de una expedición catalana de Jaume I otorgó la concesión de las tierras de Porreres al conde Nuno Sanç. Con la muerte del conde en 1241, sus bienes pasaron a su pariente más próximo, el rey Jaime I. De esta época tenemos la primera referencia de la primitiva iglesia de Porreres que es de 1242. Unos años después, en 1248 a la bula de Inocencio IV también se menciona como parroquia. Parece que la actual iglesia del Hospitalet fue la sede de la primera iglesia de Porreres, donde en 1879, en unas obras de restauración apareció una tabla gótica que representaba los dos patrones de la villa, San Juan Bautista y san Juan Evangelista.

El nombre de Porreres proviene de uno de los caballeros que participaron en la conquista de Mallorca, Guillem de Porrera de una localidad del Priorat (Tarragona). Este personaje recibió la alquería de Alquazor y los cobertizos de Maffumet y Totzeta que hacían parte del actual término de Porreres. Hasta el 1300, la población de Porreres formaba parte de la unidad administrativa de Felanitx, Campos y Santanyí, y era regida por un alcalde que dependía del alcalde real de Mallorca.



Los últimos años del reinado de Jaime II fueron de paz, de excelente gobierno y de toma de decisiones muy importantes, entre las que las más destacables serían la creación del sistema monetario mallorquín y la promulgación de las Ordenanzas del año 1300. el texto de Ordinació de las pueblos, preveía la creación, en la isla de Mallorca, de pueblos de 100 vecinos. Aunque es difícil saber con certeza cuáles fueron las poblaciones fueron ordenadas (o sólo proyectadas), sabemos que ha podido documentar la aplicación de estas nuevas leyes en Artà, Capdepera, Bellver, Campos, Santanyí, Albocàsser, Bellver, Capocorb ( en Llucmajor), Felanitx, sa Granada (seguramente en Manacor), Huialfàs, Manacor, Montuïri, Madrina, la Palomera, Petra, San Juan y Porreres.

A partir de su dinación como villa de Mallorca, Porreres experimenta un crecimiento durante los siglos XIV y XV. Son muchas las referencias, procedentes de diversas fuentes, que hablan de la expansión de su casco urbano, la apertura de nuevas calles, así como de nuevos barrios. En estos años tenemos constancia que residía en el pueblo una comunidad judía y se documenta la existencia de un call. La crisis del siglo XIV y XV desembocó con la Revuelta Foránea con una participación activa de algunos porrerencs. También durante la revuelta de las Germanías se documenta la presencia de pequeños y medianos propietarios agarres y menestrales de Porreres.

De esta época es destacable el santuario de Nuestra Señora de Montesión situado al monte homónimo de 245 metros de altura. La fundación del oratorio fecha de 1498. A Montesión hubo un colegio de gramática parecer fue inaugurado a principios del siglo XVI. Este centro preparaba los futuros alumnos del Estudio General y su periodo de máximo esplendor fue durante el siglo XVII, de hecho según el archiduque Luis Salvador, en 1680 había 200 alumnos.

Durante la Guerra de Sucesión (1702-1715), Porreres apoyó al archiduque Carlos de Austria, pero también hubiera partidarios (botiflers) de Felipe V. Con la victoria del rey borbónico implantó el Decreto de Nueva Planta, a raíz del cual las competencias municipales quedaron reducidas a asuntos administrativos y urbanos y los alcaldes pasaron a ser nombrados por un comandante militar. A partir de ese momento desaparece la Universidad de Porreres que pasó a ser sustituida por el Ayuntamiento, organismo de origen castellano.



Uno de los hechos más destacables del siglo XIX fueron las exclaustraciones producidas a partir de 1935 que afectaron ocho religiosos porrerencs. Además, la ley de desamortización de los bienes eclesiásticos afectaron a las tierras del patrimonio de Montesión. Se sacaron a subasta pública unas 53 cuarteradas. Otra, fue la pérdida de la documentación del archivo Municipal de Porreres que fue víctima de las llamas como consecuencia de los disturbios revolucionarios de "La Gloriosa" que provocaron el destronamiento de Isabel II. Además este levantamiento cívico popular del 3 de octubre de 1868 provocó la detención de 56 vecindarios de la ciudad, de los cuales 27 fueron a prisión donde cumplieron penas entre 5 y 10 años.

A finales del siglo XIX y principios del XX, Porreres contaba con una población que oscilaba entre los 4.900 y el 5.600 habitantes. La mayor parte de los vecindarios eran jornaleros o campesinos, si bien hay que decir que muchas de las personas asalariadas, también trabajaban directa o indirectamente en el campo. En 1877 tenía 4.492 habitantes, 5.503 en 1887, 4.968 en 1897, 4.907 en 1900, 4.960 en 1910, 4.872 en 1920, 5.457 en 1.930. La evolución de la población del siglo XX prácticamente se estancó en los primeros decenios y pasó de 4.907 habitantes en 1900 a 4.872 en 1920. Hay influyeron dote hechos importantes. El primero, la epidemia de gripe de 1918, que provocó la muerte de 78 personas y, el segundo, la emigración a América.



La proclamación de la Segunda República, el 14 de abril de 1931, fue celebrada sin demasiado ruido en Porreres. De los trece representantes que integrarían el primer consistorio republicano, 9 eran del partido Centro Republicano Regionalista de Porreres, y 4 de los regionalistas de Centro, herederos del Partido Liberal. Fue elegido primer alcalde de la Segunda República el regionalista Juan Mora Ferrando. También ocuparon el cargo de alcalde Bernardino Bou Sala Bou, Gabriel Barceló Mora y Climent Garau Juan.

Durante la Segunda República se fundaron numerosas asociaciones: el club de fútbol US Porreres, el Centro Instructivo, Unión Obrera y Fraternidad Obrera de Porreres, entre otros. Se editaron dos quincenales: Porreras y La Voz de Porreras. Es destacable también el gobierno municipal frentepopulista (marzo-julio de 1936) presidido por el Alcalde Clemente Garau Juan de can Marió. Durante su mandato se iniciaron las obras de construcción de una nueva escuela, también se puso en marcha la mejora de la Plaza de la República (actual Plaza de la Villa), la apertura de una biblioteca Municipal, y la mejora y acondicionamiento de las calles del pueblo.

En julio de 1936 estalló la guerra civil. Porreres fue uno de los lugares donde la represión fascista afectó de forma más violenta y una treintena de porrerencs fueron fusilados, entre ellos, el último alcalde republicano, Climent Garau y todos los concejales que conformaban el consistorio del Frente Popular. Tampoco se puede olvidar la matanza de personas que se hizo tras la pared del Oratorio de la Santa Cruz, junto al cementerio municipal. En este lugar murieron personas que estaban detenidas en las cárceles de Palma: Can Mir, cárcel de mujeres de Can Salas y Castillo de Bellver.



Desde las primeras elecciones democráticas locales de 1979 han estado elegidos alcaldes de Porreres: Francisco Sastre Mora -Frigola-, Josep Roig Salleras -de Son Amat, Jaume Martorell Mora -del Molí den Donzell-, Joan Sastre Barceló -Frígola-, Bernat Bauçà Garau -Xiscos- y Francisca Mora Veny. Son hijos ilustres de la localidad: Joan Feliu Santiago, Fray Buenaventura Sitjar, Jaume Mulet Escarrer, Rafael Silo Servera y Climent Garau Juan.

Bartomeu Garí Salleras