Esta pareja de demonios siempre acompaña a los Cavallets y a los cabezudos en las fiestas
de Santa Margalida y Sant Agustí, abriéndoles paso durante su itinerario. Aunque lleven
una horca cada uno, no persiguen, ni corren, ni asustan a la gente; quizá por el carácter
tan amable y bondadoso de los dos hombres que, durante muchísimos años,
hicieron de demonios: Sebastià Campet y Jaume Bonjesús.
Su vestido es rojo, abotonado delante y dos grifos -animales mitológicos- dibujados en
la espalda; una capucha que les tapa la cabeza, con unos cuernos verdes y orejas de
piel de cabra; y una careta de rejilla con un rostro espantoso.