Historia del Cementerio de Felanitx
Hasta el día 9 de enero de 1814 se enterró en la iglesia parroquial, en el convento de San Agustín y en los cementerios de alrededor. En 1805, el Ayuntamiento había tratado de construir un cementerio en el lugar llamado "Corral de en Nofret", pero la resolución no se llevó a cabo.
El día 7 de diciembre de 1813, el Ayuntamiento recibió una comunicación del jefe superior político en el que urgía la prohibición de enterrar hasta las poblaciones. Como consecuencia de ello, se hizo un cementerio detrás de los molinos de la sierra, que tenía que estar terminado el día 7 de enero de 1814. Como el tiempo era corto, se hizo un hoyo grande para poder enterrar los que morían; pero todo el trabajo del cementerio en esta zona fue una pérdida de tiempo, ya que el terreno era de grava y los difuntos no se podían consumir; por tanto, decidieron construir otro en la tierra de Jaume Pujals. El día 9 de enero enterraron un hombre llamado Juan Barceló Capblanc, casado con Xisca Garcies y llamado el Cavaller. Efectivamente, en el número 18 de difuntos, al folio 152, el nombre 5 de 1814 es Juan Barceló, sepultado en el nuevo cementerio.
Se continuó enterrando en este cementerio hasta finales de mayo del mismo año cuando, abolida la Constitución de 1812 y con el regreso del rey Fernando VII, se enterró de nuevo en los antiguos fosos y en las iglesias. "El día 21 de mayo sacaron la piedra de la constitución y el día 22 de este mes ya enterraron un abad dentro del convento, hijo de Antonio Manresa y de Sebastiana Binimelis y el Campo Santo ya estaba terminado". En el folio 160 del libro número 18 de difuntos, correspondiente al mismo año, se lee: "68-Micaela (sic) Adrover soltera hija de Bartolomé y de Catalina Grimalt... murió sin sacramentos el día 23 de mayo de 1814 en Can Verro de Marina de edad de 10 años... fue la primera que sepultaron en esta iglesia (parroquial) en la sepultura de Ntra. Sra. del Rosario".
En marzo de 1820 se restableció de nuevo la Constitución de 1812 y en junio de este año nuevamente se vuelve a enterrar en el cementerio, estrenado en 1814, donde sólo había unos 63 cadáveres. El primero de los difuntos fue "Antoni Adrover hijo de Miguel y de Antonia Antich, viudo de Isabel Vaquer... murió el día 2 de junio 1820 cerca del Pou del Bobot...".
El 1821 ya es consideraba necesario ampliar el cementerio y, por este motivo, el Ayuntamiento nombraba una comisión que comenzó a actuar de inmediato. Conocemos los detalles de las obras llevadas a cabo, gracias a la documentación del Archivo Municipal de Felanitx: "Cuenta justificada del gasto ofrecido en la obra del cementerio rural de esta villa de Felanitx que comenzó a 26 de julio de 1821"; "Primeramente se continúa el gasto oferta para ampliar provisionalmente el cementerio que existía desde el año 1814 por ser éste incapaz de contener los cadáveres, en el tiempo que se necesita para concluir el permanente que empezar" (AMF 457).
Consta que el director o maestro cantero de estas obras fue Lorenzo Rovira, que trabajó a jornal desde el 26 de julio de 1821 hasta mayo de 1822 y que el importe de esta primera parte de las obras fue de 1.784 libras mallorquinas.
En mayo de 1822 el Ayuntamiento decidió cambiar el régimen de trabajo y encargó a destajo la finalización de las obras también a Lorenzo Rovira, que recibió 180 libras. Las obras acabaron el día 27 de octubre del mismo año. El rector Joaquín Verd bendijo el cementerio y la capilla totalmente acabados.
El Ayuntamiento de 1823 hizo allanar el foso, con la intención de que no se volviera a la costumbre antigua de enterrar en las iglesias. Se decidió que esta zona se convertiría en una plaza y se extrajeron carretadas de tierra y huesos, que se utilizaron para llenar las tumbas o vasos de la iglesia parroquial y del convento. En el Archivo Municipal se pueden consultar los gastos de estas obras: "Cuenta semanal justificada con los correspondientes recibos de gastos que ofrezca el derribar el antiguo cementerio contiguo a la Iglesia Parroquial, poner los restos de los difuntos que hay en él, dentro de las tumbas de la misma Iglesia, fabricar una Alhóndiga en el edificio antes Hospital ..."; "Arrieros para trasladar los restos de los difuntos en las tumbas del suprimido convento..."; "Yo el abajo firmante tabernero Onofre Llodrá recibí de este depositario tres libras diez sueldos por aceite, vino y aguardiente que se ha suministrado en las noches que se han trasladado los restos de los difuntos del cementerio en las tumbas de la Iglesia"; "Dicho día (23 de febrero de 1823) yo el infrascrito certifica como Benito Pinya ha recibido de este depositario tablero, cuatro libras y cuatro sueldos valor de la tea que se ha consumido en las noches que se ha trabajado en el antiguo cementerio"(AMF 427).
El cementerio rural, como entonces se citaba en los libros oficiales y papeles escritos, había sido obra de los ayuntamientos constitucionales y era mirado con aversión por los partidarios del régimen absolutista. Durante el período de 1823 y 1833, cuando gobernaron los absolutistas, el cementerio fue profanado y, desde finales de 1823 hasta principios de 1824, de nuevo se efectuaron los enterramientos en la parroquia y el convento. En abril de 1824 se reanudaron los enterramientos en el cementerio y cada día se hicieron más raros los que se hacían en la iglesia y en los fosos. En 1837 un Ayuntamiento liberal, de nuevo en el poder, ordenaba poner el cementerio como estaba en 1823, antes de la caída del sistema constitucional.
El cementerio ha sido ampliado distintas veces. La primera fue a finales de siglo; las obras fueron muy lentas: empezaron en 1893 y no acabaron hasta 1905. El domingo 26 de febrero de 1905, a las tres de la tarde, el clero parroquial se dirigió con cruz alzada en el cementerio. El rector Sebastià Planas, en presencia de las autoridades locales y de numerosos fieles, efectuó la bendición y pronunció un sermón.
El segundo ensanchamiento tuvo lugar en 1930. En esta ocasión se construyó la nueva entrada, obra del arquitecto Francesc Roca i Simó, y las dependencias adjuntas, ya que la primitiva portada de entrada quedó descentrada. El domingo día 19 de septiembre de 1930, por la noche, el arzobispo-obispo Josep Miralles, que estaba practicando la visita pastoral en Felanitx, efectuó la bendición de la parte nueva del cementerio y de las obras realizadas.
En 1944 se levantó un monumento en memoria de las víctimas del 31 de marzo de 1844, que murieron por la caída de Sa Timba en aquel fatídico Domingo de Ramos. En la centenaria conmemoración, el monumento se ubicó en el recinto antiguo del cementerio. Se trata de un ángel de piedra de Santanyí, obra de Joan Maimó, que señala el lugar donde fueron enterrados "los muertos de la Encontrada".
En 1969 llegaron los Germans Fossers de la Misericòrdia, que dieron una gran dignificación a los enterramientos y en todas las dependencias, tumbas y jardines. Los hermanos sepultureros permanecieron treinta años, hasta que se fueron en 1999 por falta de vocaciones.
En 1985 se realizó una nueva ampliación y se crearon parcelas para hacer capillas. También se dotó de una zona ajardinada.
Más recientemente, en 2010, se realizó una nueva ampliación con la creación de un lote de nichos nuevos y capillas. Actualmente, el Ayuntamiento tiene asignado espacio suficiente, en caso de necesidad, para la creación de nuevas instalaciones funerarias.
En enero de 2014, se conmemoró el 200 aniversario de la inauguración del Cementerio Municipal.
Bibliografía de Cosme Bauçà Adrover y Pere Xamena Fiol.
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