La época prehistórica dejó algunos vestigios en Porreres de entre los que son muestra los talayots de Baulenes, Es Pagos y, sobre todo, el conjunto del poblado del Pou Salat. La dominación romana se ha podido verificar por algunas lápidas de sepulturas descubiertas en el siglo pasado. Porreres era un núcleo incluido en el distrito de Manaqur de la época árabe en el que también se contaba Manacor, Felanitx y parte de los términos actuales de Campos y Santanyí. Algunos pozos públicos que aún se conservan son el testimonio de la estancia del pueblo musulmán en Porreres.

El reparto de Mallorca otorgó las tierras porrerenques al rey Jaume I quien luego se las dio al conde Nuno Sanç. Con la muerte del conde (1242), las propiedades de Porreres que todavía le pertenecían volvieron a pasar a manos del rey. Jaime II la declaró villa el año 1300. El nombre de Porreres proviene de uno de los caballeros conquistadores, Guillem de Porrera, de una localidad del Priorat (Tarragona).

Monti-Sion fue sede de un colegio de gramática latina que dependía de los jurados de la villa durante la época del Renacimiento. Este colegio preparaba los futuros alumnos del Estudio General o Universidad y su periodo de máximo esplendor fue durante el siglo XVII.

El hecho más destacable del siglo pasado es la participación de Porreres, junto con Andratx y Santanyí, en una pequeña revolución llamada "La Gloriosa" sucedida tras la caída de Isabel II, en 1868. Los revolucionarios tomaron fuego a la casa de la villa y destruyeron la mayoría de los documentos que se guardaban. De esta manera se acabó con casi 600 años de la historia documental de Porreres.