Este edificio industrial, dedicado a la producción y comercialización de vino, es una buena muestra de la importancia del sector vinícola que se vivió en Mallorca en la segunda década del siglo XX, después de que la filoxera atacara todos los viñedos de la isla.

El edificio se construyó entre los años 1920 y 1922 siguiendo los planos del arquitecto mallorquín Guillem Forteza. Para su construcción se utilizaron los materiales típicos de la arquitectura industrial, como el hormigón o el cemento combinados con la piedra. Del interior destaca el sistema de arcos utilizado, a partir de la combinación de arcos ojivales y parabólicos. Esta solución técnica recuerda al sistema que utilizaba el arquitecto catalán Antoni Gaudí en sus edificios, pero aquí se le otorga un propósito claramente funcional.

El edificio del Sindicat fue declarado Bien de Interés Histórico-Industrial. Desde el año 2019 es propiedad del Consell de Mallorca.

Actualmente está cerrado al público y en proceso de reforma.